lunes, 21 de agosto de 2017

RETRATOS

En la entrada de hoy os voy a enseñar algo que he aprovechado para hacer en los días que me he tomado de descanso y que era algo que tenía en mi lista de cosas pendientes desde hace ya muchos años.

En varias ocasiones os he contado que yo llevo dibujando y pintando desde que tengo uso de razón. Nunca fui mucho de jugar con muñecas ni con otro tipo de juguetes, pero los lápices, cuadernos, pinturas, pinceles y todo lo que tuviera que ver con el arte siempre me acompañaron.

Ya hace tiempo os enseñé en una entrada unos dibujos que hice durante un verano en mi niñez y que fueron los que hicieron que mis padres se decidieran a apuntarme a clases de pintura. Aquí podéis recordar esos dibujos.

Y fruto de mis clases de pintura, fueron muchos los cuadros que hice a lo largo de mi infancia y juventud. En esta entrada os enseñé algunos de ellos.

Casi al mismo tiempo que hacía estos cuadros al óleo fue cuando descubrí lo de pintar camisetas. Y aquí os enseñé algunas de las que hice en aquella época.

Pero de siempre ha habido algo que, por más que lo intenté en varias ocasiones, no conseguí que me saliera nada decente. Y se trata de los retratos. Yo creo que no hay nada más complicado de dibujar que un retrato, porque no se trata sólo de saber la técnica para que el dibujo tenga calidad, sino que hay que añadir que el dibujo consiga reflejar la expresión de la persona retratada y eso ya es otro nivel.

En mi juventud hice muchos intentos, pero nunca llegué a conseguir hacer nada decente. Reconozco que yo soy muy exigente conmigo misma, pero creo que también soy objetiva y cuando algo no sale, no sale por mucho que uno quiera.

El último retrato que hice (o más bien intenté hacer, porque no salió muy allá…) fue uno que regalé a mi marido cuando aún éramos novios y que tenemos por aquí por casa.

Este fue el retrato que le hice, que como ya os digo, tiene miles de fallos, aunque poniendo uno un poco de su parte, se puede adivinar que es él:

Retratos a lápiz

Retratos a lápiz

El retrato de mi marido tiene ya 16 años. Y después de todo este tiempo sin haber vuelto a intentarlo, este verano me propuse un reto: hacer retratos de mis hijos.

Así que me fui de vacaciones preparada con el material necesario para poder hacerlos y comencé por mi hijo Iván.

Este ha sido el retrato de mi hijo mayor:

Retratos a lápiz

Retratos a lápiz

Retratos a lápiz


Y esta fue la foto a partir de la que lo hecho:


Cuando terminé con el de Iván, y como había quedado más menos satisfecha con el resultado, me animé y seguí con retrato de mi hijo Abel y así es como resultó:

Retratos a lápiz

Retratos a lápiz

Retratos a lápiz

La foto que tomé como modelo fue esta:


¿Qué os parece cómo han quedado? Yo se que tienen muchos fallos, pero no sabéis lo orgullosa que estoy de haber logrado por fin quitarme esa espinita que tenía desde hacía tantos años…

Se suele decir que para captar el alma de una persona en un retrato, hay que conocerla a fondo. Igual esa ha sido la clave: ¿a quién puedo conocer más que a mis propios hijos? No se si volveré a atreverme con algún retrato más, pero al menos ya puedo tachar una cosa de mi lista de “pendientes de hacer”.


Besos y hasta la próxima entrada.  

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